Nos esperamos un rato en la oscuridad. Casi la mitad de la Alameda permanecía a oscuras. Aún así captamos la atención de laguneros que paseaban por la Alameda: parejas con niños, novios, señoras solas con su familia. Ya que vimos que no iban a volver a encender la luz, agarramos nuestros "tiliches" y refrescos y como hormiguitas nos fuimos caminando hasta el siguiente poste de alumbrado público y ahí continuamos con nuestra labor de difusión. Y saben qué? La gente se acerca, se interesa, pregunta y opina. Yo creo que la gente del pueblo está ávida por hablar y que se le escuchen sus planteamientos, su problemática, sus opiniones. Este sábado próximo vamos a llevar un buzón para que depositen sus comentarios de puño y letra, los que gusten.
¡Es un Honor estar con Obrador!
martes, octubre 17, 2006
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